Por: Héctor M. Colón López
Por los pasados dias, se ha compartido a saciedad un vídeo que hiciera el comediante Chente Ydrach sobre su visita en la Parada Puertorriqueña de Nueva York. Muchos (tristemente la mayoría) lo compartieron dejando saber que estaban avergonzados de su contenido. “Me avergüenzo, lo publico, lo lanzo a las redes sociales y que se reparta por el mundo a través de la Internet” ¿Patriota no? Evidencia de que realmente pocos observaron con profundidad. Somos prestos para la auto crítica y tardíos para el análisis. Cuando lees el mensaje de Chente al publicar el video así como sus comentarios bajo este, te das cuenta que su intención no era ofrecer una mala imagen de los boricuas. Él usa la palabra algarete, acá le añadimos la palabra vergüenza. Para comenzar, es sabido que muchísima de la gente que vive en los llamados barrios puertorriqueños de allá y que participa de la Parada, nunca han pisado la isla. Se sienten puertorriqueños por su descendencia. Así que culturalmente tenemos grandes diferencias en cuanto al dialecto, la comida, las celebraciones, la ropa, etc., sin menospreciar okkkkkk. Yo lo vivo con los primos que tengo allá.
Segundo, el ‘aproach‘ que hacía el comediante Chente era precisamente para provocar las respuestas en el vídeo. Fíjate que él hacía las preguntas en tono bromista, sugestivo, con malas palabras, bailes y gestos, además que identificaba primero a sus entrevistados. ¿O quién espera una respuesta seria de un tipo vestido de Hulk Hogan?
Los entrevistadores crean el contexto de la entrevista con la manera en que están vestidos, gestos, tono y cómo hacen sus preguntas. Si otro entrevistador hubiera hecho preguntas en otro tono a las mismas personas, las respuestas hubieran sido muy distintas.
El momento histórico que vivimos requiere de críticas, sí. Pero constructivas y acompañadas de alternativas. ¿Que si Chente la embarró? ¡Pues claro que no! Su pecado fue no prever que este pueblo está changuito y desmoralizado. El que sigue a Chente sabe que es un tipo ocurrente, de comedia irreverente. Pero tiene un blog de entrevistas que pompean al más desmotivado. Pa’ mí, la embarraron los que vieron vergüenza donde en realidad había diversidad.
Foto: El Nuevo Día
Te invito a que busques bien lo que representa esta parada ¡Googléalo! Hay tanto hermoso que ver en ese mar de banderas que se forma cada año en Nueva York, que entenderás que vale la pena sentir orgullo patrio por encima de las pajitas que le caen a la leche. Incluso acá, en todo el año, aún en los momentos que la situación histórica lo ha requerido, no hay un despliegue así de masivo de orgullo boricua ¡¿y aún así nos atrevemos a criticarlo?!