De graduaciones, adultos egocéntricos y esperanza


Por: Héctor M. Colón López

Los niños y jóvenes son el presente también.

Yo no sé a ti. Pero a mí, hay dos momentos en el año que me hinchan el pecho de orgullo: el primer día de clases al ver a los estudiantes uniformados llenando nuestras escuelas, y las graduaciones. Este año, por ser papá y por mi trabajo fui a varias. Aunque es un evento esperanzador, es otro de esos momentos en los que los adultos metemos la cuchareta y lo embarramos de muchas maneras y desde varios flancos.

Comienzo por las graduaciones planificadas por los adultos. Quien me diga que los graduandos disfrutan la mayoría de sus graduaciones, miente. ¡Pregúntales! Los graduandos deberían planificar sus graduaciones. Serían más entretenidas y significativas. Los adultos organizan actos protocolarios que aburren, con discursos aburridos de políticos buscones y funcionarios batatas que los estudiantes jamás conocieron en su vida estudiantil. Los adultos no son prácticos a la hora de otorgar premiaciones y reconocimientos. Hacen un montón de secciones de premiación. Al final, la graduación fue para los chicos sentados al frente con sus honores y altos honores, mientras que el resto, la mayoría, solo calentó su asiento durante las 3 o 4 horas de la misma. Esos chicos ‘de los asientos de atrás’ también se esforzaron. Si la graduación fuera planificada por los estudiantes, esos estudiantes también hubieran sido reconocidos. He oído maestros de ceremonia en graduaciones obviar el momento en que tiran los birretes al aire o pedir que los tiren bajitos. ¡Ese es el mejor momento de las graduaciones! ¡Que los tiren pa’ donde les de la gana y con todas sus fuerzas! ¡Se lo merecen!

Pero los que botan la bola son los padres y madres. Y es que en esta era de los Likes, muchos padres y madres se olvidan de que ese es el día de sus hijos. ¡Alerta Fala! En las graduaciones a las que fui, vi madres casi vestidas de strippers. Como asegurando que sus hijos no van a opacar su protagonismo y su cuerpazo (muchas veces celulítico). Se botan en las redes subiendo álbumes de la graduación de sus hijos en los que ellas son las protagonistas de las fotos con su duck face, escotes y vestidos ajustados.

Es sabido que en Puerto Rico, al menos la mitad de los padres están ausentes en las vidas de sus hijos. A estos ‘caballeros’ se les puede ver en las redes enjuagándose la conciencia gritándole al mundo cibernético un amor que no demostraron estando ausentes.

¡Claro que los padres y madres presentes tienen que ver con el éxito de sus hijos! ¡Claro que es rico que alguien nos lo diga de vez en cuando! Pero uno espera ese reconocimiento humildemente. Si llega bien y si no también. Debe bastar con la satisfacción personal. ¡Pero no! Todos hemos leído a algunos reconocerse a sí mismos. Llevándose enrredao’ el reconocimiento que debería llevarse su hijo(a) graduado. Porque usted debería saber que, aunque siembre, su hijo(a) tomará sus propias decisiones.

Nydia Caro cantaba: “Yo pongo el mundo en las manos de un niño, porque sé que así irá muy bien. Pues yo confío en las manos de un niño, y yo confío en el mundo también”…

Lo bueno es que por encima de estos adultos, nuestra juventud se gradúa. Hacen del presente uno esperanzador y el futuro se ve con optimismo (para los que podemos fijarnos). Que tantos se gradúen, crea un balance que contrarresta el ego y la obsesión por unos cuantos Likes. Balance que debería mover la balanza hacia la niñez y la juventud porque no debe haber amor más grande que el amor puro y desinteresado hacia nuestros hijos e hijas. Ojalá nuestros jóvenes rompan con ello. Ojalá sean mucho mejores padres y madres que nosotros. Ojalá todas las graduaciones sean celebraciones que motiven a nuestros estudiantes a caminar sus siguientes pasos en la vida.

¡Qué vivan los estudiantes!

About Héctor Colón

Si esta aventura de escribir va a alguna parte no lo sé. Si ayuda, entretiene, invita a la reflexión, a la burla, la risa, sirve de laxante o lo que sea…eso es algo…pero estoy abierto a las invitaciones y provocaciones de la vida al respecto. Nydia Caro cantaba “Solo canto por cantar”. Yo podría decir que solo escribo por escribir. Bienvenido/a el/la que desee acompañarme…
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1 Response to De graduaciones, adultos egocéntricos y esperanza

  1. Yomarie says:

    Excelente pensamiento. Lol

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