Reflexiones después de Santa Cló’

Por: Héctor M. Colón López

Anoche, Día de Navidad, después de varios chicharrones y galletas florecitas, nos pusimos a mirar a mis sobrinos jugar con sus regalos de “Santa”. Uno de ellos sabía la verdad sobre el viejito pipón (me refiero a Santa, no a mí) y el otro no. Entonces se inició la conversación de cómo nos enteramos sobre la verdad detrás de Santa. Todos los presentes nos habíamos enterado por un descuido de alguno de nuestros padres. Incluso cuando un primo o amigo “choteaba”, nuestros padres se las arreglaban para contrarrestar la imprudencia del primo o amigo y no romper la ilusión. Eso le tocaba a ellos con su funesto descuido. Entre risas y anécdotas nos dimos cuenta que todo fue peor desde ahí. Saber quién es Santa baja grandemente la calidad de los regalos porque ya no hay miedo de rompernos el corazón. Ahora sabemos que Santa no tiene una fábrica en el Polo Norte con duendes trabajando para él mientras Mamá Claus le lleva galletitas de merienda. Aunque a los hijos les queda el consuelo de que ya no pueden ser manipulados con el famoso: “Voy a llamar a Santa para decirle que te estás portando mal”. Así que todos pierden en el proceso. Pero lo peor es tener que guardar el secreto a beneficio de tu hermano menor, so pena de quedarte sin regalos y coger una pela…

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Para Mami fue imposible tomarnos una foto con su cámara Kodak 35 mm con los regalos. Mi hermano y yo madrugábamos más que “Santa” quien tenía que esperar a que nos durmiéramos para preparar los regalos. Mi hermano y yo podíamos darle buenas batallas al sueño. Aún así estoy seguro que hubiera preferido jugar, a posar para una foto. Así que agradezco que el Internet y las redes sociales no existieran mientras me vivía la paja mental de ‘Santa Cló’. No me imagino intentando jugar con mi nave de Star Wars mientras mami me jorobaba la magia gritándome: “¡Nene mira pa’ acá con el juguete pa’l Facebook!” Yo creo que hay momentos que son arruinados por el afán de retratar para las redes y ese es uno de ellos.
Oiga, si una fiesta de Navidad dura 4 horas y usted subió 35 fotos de esa fiesta a Facebook, ¡adivine qué! Usted se perdió la fiesta… ¡Haga la matemática! Usted se perdió de mucha de la conversación y miró gran parte de su día a través de la pantalla de su teléfono o cámara. Probablemente se ganó muchos Likes pero se perdió de momentos que no se capturan en fotos…una carcajada, una mirada, cosas que pasan en segundos de manera espontánea mientras le ponemos filtro y nos recortamos la pipa en las fotos.

Pero tranquil@…usted vive en el país con las Navidades más largas del mundo. Así que tiene otra oportunidad el 6 de enero. No se descuide con la ilusión de esta época, olvídese de las fotos a la hora de abrir regalos y gócese las fiestas…no la embarre. A la hora de la verdad, la cámara no va a la tumba con nosotros y no hay foto que sustituya la sensación de ser feliz. “Meri Crismas”

About Héctor Colón

Si esta aventura de escribir va a alguna parte no lo sé. Si ayuda, entretiene, invita a la reflexión, a la burla, la risa, sirve de laxante o lo que sea…eso es algo…pero estoy abierto a las invitaciones y provocaciones de la vida al respecto. Nydia Caro cantaba “Solo canto por cantar”. Yo podría decir que solo escribo por escribir. Bienvenido/a el/la que desee acompañarme…
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