Por: Héctor M. Colón López
Estando de vacaciones he decidido perder la noción de los días. Agradecido de los estados de Facebook de “Disfrutándome el último domingo (lunes, martes, etc.) del año”, por haberme mantenido consciente del día de la semana que vivo. Así somos… Creemos que a las 12:00 de la noche del 31 de diciembre, una nube mágica cubre el planeta y todo es hecho nuevo. Pero la realidad es que lo único que cambia, es el número al final del año (cosa que toma unas semanas en acostumbrarse al escribirlo).
En el último mes, hemos pospuesto, de nuevo, las resoluciones que no cumplimos del año que acaba, para dizque realizarlas en el Nuevo Año. Nos vivimos la película de ‘Un Nuevo Comienzo’ cuando lo que ocurre entre el 31 de diciembre y el 1 de enero se llama vida…como en cualquier día. Y es que la vida no es un destino; la vida es un camino. Si la vida fuera un destino, se llamaría muerte.
John Lennon decía que “la vida es lo que nos pasa mientrashacemos planes”. Así que mientr
as planificamos ponernos a dieta (resolución tanto favorita como incumplida), la vida nos pasa por la cara. Y ese tiempo no se recupera.
Cualquier día es bueno para iniciar y cumplir una resolución. No hay que esperar a los nuevos años. Celebro y doy la bienvenida al 2016, como a cada año. Sin embargo escojo hacerlo porque es otro año más de vida. Y eso me hace privilegiado. Y lo hago sin lamentaciones de las llamadas resoluciones que no cumplí. Lo hago celebrando la vida y mientras tenga vida, habrá la oportunidad de crear mis resoluciones, de cumplirlas y hasta de incumplirlas…es uno de los privilegios de estar vivo. Felicidades.
Es muy cierto. No me gusta experimentar esa nostalgia que causa que nos vean con lástima. Yo digo es la misma visne, con otro número. Doy las mismas gracias que doy cuando me despierto todos los días.
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